-No sé que hago aquí, no sé que me llevo a dejar la cerveza a medias y venir hasta aquí, no sé ni si quiera cómo llegué hasta aquí, pero sí sé por qué, por ti, porque me entraron unas ganas tremendas de que me abrazaras, de que me besaras, de dejar de ser yo por una noche y que dejases de ser tú, para ser sólo nosotros...
... Dime algo por favor, dime que he hecho bien en venir hasta aquí, dime que estabas pensando en mi, dime lo guapa que estoy, dime lo mucho que te gusta mi minifalda y las ganas que tienes de quitármela...o mejor no me digas nada, cierra la puerta, vuelve a dormir, me volveré al bar, no no, yo también me iré, a dormir, sí eso, es tarde, es tarde, es muy tarde para todo. Descansa.
Le cogió del brazo y la besó y la abrazó, y le dijo lo guapa que estaba, lo mucho que le gustaba esa minifalda, y como le tenía ganas, se la arrancó.
Esa noche ella dejó de ser ella y él dejó de ser él. Y simplemente fueron ellos. Nosotros.
Y qué bonitos son siendo ellos.
ResponderEliminarMarie.