lunes, 11 de agosto de 2014

Menos que ayer y más que mañana.

Te quiero. 

No se me ocurre mejor manera de empezar esta carta que, en un principio, es un final. 
Deberías saber que te quiero desde poco después de aquella noche. No me esforcé demasiado en ocultarlo o no supe hacerlo. 
Te quiero a pesar de todo. A pesar de que fui Yo la que dijo adiós. 
Sé decir adiós, te lo he dicho tantas veces...pero supongo que no sé irme. 
Esta vez, sin embargo, es un adiós diferente. No es un adiós definitivo, Tú vas a estar siempre en mi vida. Pero. Adiós. 
Él día que empecé a desconocerte, conocí a alguien. 
Ojalá pudiera escribirte que ese alguien soy Yo, que ya no me haces falta para completar el rompecabezas, que estoy mejor así, que no me mereces, que te lo dí todo sin esperar nada a cambio y sin darme cuenta de que Tú no me esperabas...Ojalá. Pero no es así. Eras Tú el que estabas preocupado por el amor y no te diste cuenta de que yo sólo quería que me lo hicieras. O que te lo dejarás hacer. Tenía tanto para ti, que no sé donde lo voy a guardar. 
La gente que me quiere, la de verdad, dice que es mejor que lo tire donde no pueda volver a por él. 
Algún día empezaré a hacerles caso. Hoy no.  
Esa gente, mi gente, te odia. 
Si Yo los viese a Ellos como Tú me has dejado a mí, créeme, te odiaría. Pero, te quiero. 
Me has dado tanto, casi como tanto te has llevado y ahora tengo miedo a entrar y ver que ya no tengo nada para darle a nadie más. 
¿Y si, de verdad, te lo has llevado todo? 
Si es así, me alegro de que se quede contigo, no porque se quede en buenas manos, no las puede haber peores, pero mi todo estará feliz allí donde lo hayas guardado. 
Seguro que no sabes ni donde lo has puesto, ¿eh? 
Aún así, quiero que te lo quedes. 

Ese día, como decía,  conocí a alguien. Alguien que me gusta.Y me espera. ¿Te lo puedes creer? Sabe que ahora no estoy, que voy a tardar en llegar, porque Tú no estás y Yo sólo quiero encontrarte, pero me espera. Intuye que estoy rota, no sabe que sospecho que estoy vacía, pero quiere esperarme. 
Y Yo, que te quiero a ti, quiero que me espere. 
Y quiero dejarte de querer, para quererme a mi y dejar que me quieran. 

En principio, esto era un final. 

Te acabas Tú. Empiezo Yo. 

Te quiero. Menos que ayer y más que mañana. 

 

lunes, 23 de junio de 2014

Me duelo más Yo.

Puedo ser lo que quiera.
Puedo, incluso, hacerme pasar por lo que no soy. 
Pero a ti, a ti nadie te ha dado permiso para creer que soy lo que en realidad no.Mucho menos, hacermelo creer.  Mucho menos, la tonta. 
Y lo estás haciendo. 
Y lo único en lo que me estás convirtiendo es en una persona que se aleja de ti. 
Porque por más que me duelas, me duelo más Yo. 

jueves, 3 de abril de 2014

De por qué la primavera da asco.

A veces me preguntan por qué me gusta tan poco la primavera.
Antes creía que había dejado de gustarme el día que me dí cuenta de lo mucho que os gustaba a los demás.
Me había dejado de gustar porque sí. Y punto.
Y entonces llegas tú en lo más crudo del invierno y me susurras que es primavera en tu corazón cuando está cerca del mío. Y no puedo evitarlo. Me enamoro de la primavera y la primavera se enamora de ti y ¿Tú? Tú vas y me susurras que te enamoras de mi. Y yo ya no sé si lo que quiero es el calor de la primavera o tu calor en pleno Enero. Creo que para mí son el mismo tipo de calor.
Y cuando más quería a esa primavera que te inventaste para mí, cuando estaba dispuesta a dejar que ella me hiciera, me quisiera, me amara...llega la primavera de verdad y te lleva con ella.
Es primavera y tú te vas.
Hoy hace un día precioso, el sol calienta mis piernas casi como calentabas tú mi (entre)pierna. Casi.
Y Tú no estás. Te has ido a otra ciudad, a otro país, donde tu amiga primavera es un rumor lejano.
Y ya no hay primavera. Ya no quiero primavera. Ya no quiero. ¿Sabes por qué? Porque te quiero a ti, porque la primavera no me interesa si no me la haces Tú, porque prefiero mil inviernos contigo a esta puta(da) de primavera.

martes, 11 de febrero de 2014

E S P E C T A C U L A R

Es tarde.
Últimamente me ha dado por pensar que es tarde para todo, para todos, para mi...pero no para ti, para nosotros.
Es tarde y te espero.
He parado para esperarte y no tengo intención de moverme si no es contigo.
Yo, que nunca he dejado que me frenase nada ni nadie, he parado.
Me gustaría pensar que es verdad, que estoy aquí, quieta, por algo, por ti.
Llevo días pensando que no es así, que ya no vas a volver, que en realidad nunca estuviste.
Y que putada.
Lo negué una y otra vez, se lo negué a todos, te lo negué a ti, me lo negué a mi misma...
Llevo un rato pensando que he  tenido que perderte para poder parar y, tal vez, encontrarme a mi.
No sé.
Igual es eso.
O igual es que mañana es jueves y mi portal y yo echamos de menos tus manos, tus besos, tu barba en mi cuello, tu voz...tu tendencia al lío.
Igual es eso.
Igual es que el chocolate me pone cachonda y ya no me acuerdo de como (me) lo hacía cuando tú no estabas.
Mañana es jueves.
Tú y yo hacemos jueves. Y, ¿sabes? Es E S P E C T A C U L A R.
Mucho más, cuando me los susurras.

jueves, 2 de enero de 2014

Felicianos en potencia.

Cometemos errores una y otra vez. 
Nos equivocamos, nos recomponemos y...nos volvemos a equivocar. 
Salimos, reímos, corremos, bailamos, nos enamoramos...
hacemos que salgan, que rían, que (se) corran, que bailen y que se enamoren...
y aún así la cagamos y hacemos que la caguen. 
Somo así, felices pero torpes. 
Y no vamos a cambiar. 
No vamos a cambiarlos. 
No vamos a cambiarnos. 
Torpes sí, felices más. 
 

martes, 15 de octubre de 2013

Devuélveme.

Algo nos quiso volver a cruzar, no una segunda vez, sino una tercera e incluso una cuarta.
Desde el principio supe que no nos conveníamos, pues tus excesos y mis ganas de frenar no eran buenos compañeros. 
Aún así arriesgué. 
Aún así, arriesgaste.  
¡Bendito riesgo! pensé y, por más que pese, pensaré siempre. 
Nada serio, nos dijimos.
Tú no querías nada serio, dijiste.Yo te dije que no quería nada con nadie. 
Con nadie que no fueses tú. Quizás esta última parte olvidé mencionarla. 
Jugaste tus cartas tan bien que ya no me quedaban manos cuando creía que me las llevaba todas. 
Quise querer lo que querías tú, pero yo sólo te quería a ti. 
Ahora entiendo que lo primero que tenía que haber querido era lo que quería que tú quisieras. A mi. 
Porque sin ti, aunque no quiera, puedo. 
Sin mi, estoy perdida. 
Y mientras espero que me escribas, que me llames, que me mires y que me sonrías...tú estás ahí fuera, escribiendo, llamando, mirando y sonriendo. 
Estoy segura de que no le sonríes a nadie como me lo hacías a mi. Como nos lo hacíamos. 
Hay cosas que ni el más hábil de los jugadores puede controlar. 
El caso es, que tú estás ahí fuera. 
Y yo sigo aquí.
Sin ti. 
Y lo que es peor, sin mi. 
Devuélveme, aunque sea hecha pedazos, pero devuélveme. 
 

sábado, 29 de junio de 2013

Él.

Una vez me dijeron lo que tenía que ser. Porque sí. Porque eso era lo correcto y ya.
Y entonces Él.
Él, que siempre se encarga de ir al contrario de lo que parece ser lo correcto en este mundo, me dijo que yo podía  ser lo que quisiera ser, siendo siempre ante todo, persona.
Y en ello estoy, gracias a Él.
Él que me enseñó que había algo más poderoso que las fronteras políticas, las naciones o los estados...YO, TÚ, CUALQUIERA.

Tardé años en comprender el cómo y estoy segura de que me llevará toda una vida entender el por qué es mejor callar a veces, pero no dejar de defenderte nunca.

Y es que llevo 20 años admirando como golpea la mesa con un puño y me dice "que las cosas no son así, muchacha" y me habla de Libertad, de educación, de patrias que no lo son , de política y de historia y me encanta como se le tensa la mandíbula y le brillan los ojos cuando le llevo la contraria, simplemente por el placer de hacerlo, porque puedo.

Le he oído de hablarme de guerras, de animales y de bosques en los que nunca ha estado, pero da igual.
Me río cuando me habla de indios y vaqueros y de que Él siempre elegía a los primeros, porque es muy fácil ir con los grandes y Él nunca lo ha tenido fácil.
Porque puede parecer que no sabe nada, pero a mi me lo ha enseñado todo.

A veces lo envidió tanto...
Ojalá varias vidas más con Él y sus historias para poder ser un poco más valiente, como Él.
Y por encima de la envidia, siempre el orgullo.

Porque ser hija con Él es muy fácil, a pesar de que Él siempre diga que lo difícil es ser hijo,porque es todo nuevo,  que lo de padre se lleva mejor, porque ya has sido hijo antes, juegas con ventaja.

Orgullosa.
Nunca se lo digo.
No sé si lo sabe.
Intuyo que sí, porque siempre se da cuenta de todo.
Lo que está claro es que lo estoy. Siempre.